José Mourinho no es mago. Su poción mágica no garantizó el éxito, pero se acercó. Los romanos azulgranas parecieron más humanos que nunca, más batibles que nunca. La final del mítico estadio de Wembley, en cierta médida, dio la razón a Mourinho. El Manchester United no jugó con perros de presa y corrió sin fe buscando una pelota que nunca soltó el Barcelona. A este equipo hay que ponerle cadenas.
Guardiola ha ganado 10 títulos en sus tres temporadas en el banquillo. Sólo se le han resistido tres, una Champions y dos Copas del Rey. En dos de ellos, la culpa la tuvo Mourinho, que le arrebató la Copa este año con el Madrid y le dejó sin final continental en el Bernabéu, donde el Inter del portugués alzó la Liga de Campeones.
Mou se ha visto las caras nueve veces con Pep y sólo ha perdido cuatro veces. La más dolorosa, el 5-0 de la primera vuelta de nuestro campeonato, el partido en el que Mourinho fue como los demás, un juguete en las manos del Barcelona.
El entrenador del Real Madrid aprendió de ese repaso y sólo perdió un partido contra el Barça en el póker de Clásicos de hace un mes, el que le dejó sin final de Champions, todo hay que decirlo. Empató en Liga,empató en el Camp Nou en la vuelta de esa eliminatoria y ganó la Copa, el espejo en el que debe mirarse el Madrid de cara al futuro. En Valencia se demostró al mundo que el Barcelona era humano. Los de Guardiola sangraron en los primeros 45 minutos, en los que el Madrid asfixió al Barcelona muy cerca de Valdés. Fue la fórmula secreta de los blancos aquel día.
A Pep Guardiola sólo se le han resistido tres títulos en sus tres temporadas en el banquillo, una Champions y dos Copas del Rey. En dos de ellos, la culpa la tuvo Mourinho
El Madrid de Mourinho fue capaz hasta de minimizar a Messi, el más grande de todos. En la Copa no fue él y en las 'semis' de Champions se desencadenó cuando desapareció Pepe, el terror de Leo, que sintió el aliento del portugués en el cogote hasta con la pelota descansando.
El Barcelona es el que manda, pero el Real Madrid ha sido su amenaza. José Mourinho ya está tramando la segunda parte de su amenaza para derrocar el imperio culé. ¿Será posible?
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